jueves, 22 de agosto de 2013

"La Nodriza" de J.M Eca de Queirós.

José María Eca de Queirós
La historia comienza con la partida de un rey, joven y valiente, se va a pelear en una batalla, deja sola y triste a su esposa y a su hijo recién nacido. Después de un tiempo llega un caballero con la noticia que el rey fue muerto por siete lanzas. La reina lloro por su rey, por su apuesto esposo y por el padre que dejaba a su hijo solo y pequeño con muchos enemigos que querían el trono solo por riquezas que este les ofrecía, entre ellos estaba el hermano del rey, un bastardo y depravado que codiciaba las riquezas del reino y hacia ya unos años junto una horda de rebeldes para atacar el reino. La reina dejaba el cuidado del niño a una nodriza quien también había dado a luz la misma noche que la reina un pequeño bebe esclavo. Los dos bebes eran cuidados por la nodriza; el príncipe dormía en una cuna de marfil y el esclavo, en una de mimbre; pero esto no significaba que la nodriza no los atendiera de forma diferente, pues los quería igual uno por ser su hijo y el otro por ser su rey. Una noche mientras la nodriza cuidaba de los bebes, escucho ruidos en los corredores de los jardines, salió a la ventana para ver lo que pasaba y se dio con la sorpresa que los rebeldes y el hermano del rey cruzaron las murallas del reino y estaban en palacio en busca del heredero al trono para matarlo. La nodriza rápidamente volvió al cuarto y cambio a los bebes de cuna y escondiéndose dejo el cuarto en silencio. Un rato después llego un rebelde y cogió al niño de la cuna de marfil y ahogándolo llevo su cuerpecito como señal de victoria, pero fue asesinado por los caballeros del palacio. La reina lloraba desconsolada al ver la cuna de marfil vacía pero cuando esta se tranquilizo volteo su rostro hacia la cuna de mimbre y hallo al príncipe. Esta aun asombrada entendió lo sucedido, y agradeció a la nodriza su acto de valentía por el cual había salvado a todo el reino. La reina pregunto a un sabio cuanto oro le podría dar a la nodriza por su acto, este le aconsejo llevarla a la cámara de tesoros y que la nodriza escogiera que y cuanto quisiera. Así siguió el consejo y la nodriza al estar ya en la cámara de tesoros, cogió un puñal, perteneciente ante de un viejo rey, y diciendo: ¡Salve a mi príncipe y ahora voy a amamantar a mi hijo!, se clavo el puñal en el corazón.

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